Diseño Universal: “Un diseño para todos y todos para un diseño”

Por Adriana Martínez Hernández

El diseño universal consiste en la creación de productos y entornos diseñados con el propósito de que sean utilizables por la mayor cantidad de personas, sin la necesidad de su adaptación o especialización. Este concepto y sus principios fueron desarrollados por el arquitecto estadounidense Ronald Mace, quien se vio obligado a vivir su vida en una silla de ruedas como consecuencia de las secuelas de polio contraída a los 9 años1. Durante su vida universitaria se encontró que las instalaciones del campus eran inaccesibles y dedicó su vida a promover y desarrollar los 7 principios en los que se basa el diseño universal 2,3:

1. Uso equitativo: El diseño debe ser útil para todos los usuarios, independientemente de sus habilidades y capacidades, proporcionando los mismos medios de uso cuando sea posible o equivalentes de ser necesario. Evitando discriminar o estigmatizar a los usuarios.

2. Flexibilidad de uso: El diseño se acomoda a un amplio espectro de preferencias y habilidades, proporcionando alternativas de uso.

3. Uso simple e intuitivo: El uso del diseño debe ser fácil de entender, sin importar la experiencia, conocimiento, idioma o nivel de concentración. Debe proporcionar indicaciones y retroalimentación oportuna.

4. Información comprensible: El diseño utiliza distintas formas de información (táctil, verbal o auditiva y gráfica) para comunicar al usuario, aunque este posea una alteración sensorial.

5. Seguridad: El diseño prevé y reduce los peligros; dispone de los elementos para aislar o eliminar riesgos y errores.

6. Bajo esfuerzo físico: El uso del diseño se realiza de forma eficiente con un mínimo de esfuerzo físico y minimizando las acciones repetitivas.

7. Dimensiones apropiadas: El diseño provee espacio y tamaño apropiado para su aproximación, manipulación y uso independientemente del tamaño, postura y/o movilidad del usuario.

Al aplicar estos principios, se obtienen servicios, productos y espacios que habilitan y empoderan a una población diversa, englobando un amplio rango de características, siendo las deficiencias o discapacidades solo una de muchas.

 

Para entender cómo ha evolucionado el concepto de Diseño Universal debemos observar cómo se ha desarrollado la interacción con las personas que presentan alguna deficiencia ya sea física o sensorial. Durante la Edad Media las personas que nacían con algún tipo de deficiencia eran rechazados, temidos y hasta perseguidos; se consideraba a estas personas como la más grande prueba del castigo enviado por Dios.  Hacia los siglos XVII y XVIII se quita el componente religioso a las causas de las deficiencias; sin embargo, se sigue segregando ya que se consideraban personas que no podían aportar nada a la sociedad 4.

 

Después de la Segunda Guerra Mundial, se empieza a entender la discapacidad desde un punto de vista científico y se establece un modelo médico o rehabilitador, en el que las personas con alguna deficiencia pueden aportar a la sociedad en medida que sean “rehabilitadas”. Durante este siglo se empiezan a desarrollar los productos de apoyo o ayudas técnicas.

 

Actualmente entendemos que el grado de discapacidad de las personas depende de las barreras y condiciones del entorno, si el entorno es inaccesible o no brinda la información necesaria provocará conflictos y restricciones de participación, aumentando así la discapacidad.

“El buen diseño capacita, el mal diseño discapacita”

Según la OMS, se calcula que 1 de cada 6 personas en el mundo (1300 millones de personas aproximadamente) sufre de alguna deficiencia importante5; y podríamos pensar, si no tengo alguna deficiencia (antes discapacidad) ¿me beneficia el Diseño Universal? Para responder a esta pregunta, analicemos que las deficiencias no solo son congénitas o de nacimiento, estas pueden adquirirse o desarrollarse a lo largo de nuestra vida. Por ejemplo, si sufrimos de un esguince o fractura en el pie no vamos a poder caminar y desplazarnos como lo hacemos normalmente, vamos a quedar con una deficiencia física, al menos por unas semanas; si contamos con espacios y entornos que nos favorezcan y apoyen a que podamos desplazarnos con cierta facilidad aún con muletas, el grado de discapacidad será menor.

 

Además, el aumento en la esperanza de vida ha significado que en todo el mundo las personas viven más tiempo que antes y desafortunadamente, este nuevo orden de vida no se traduce en envejecimiento sano por lo que se ve un gran impacto en los requerimientos de servicios de salud y cuidado por las deficiencias inherentes a una edad avanzada. Si lo pensamos un poco todos vamos hacia ese destino que, aunque puede parecer desalentador, adoptando y desarrollando el Diseño Universal para los espacios, así como para el diseño de dispositivos que permitan una experiencia accesible para cualquier persona, podremos mejorar la calidad de vida para todos.

Referencias

  • [1]       Semillero de diseño Web Incluyente, «Diseño universal -» [En línea]. Disponible en: https://accesibilidadweb.uniminuto.edu/diseno-universal/
  • [2]       Corporación Ciudad Accesible, «Qué es el diseño universal», [En línea]. Disponible en: https://www.ciudadaccesible.cl/que-es-el-diseno-universal/
  • [3]       Wyoming Institute of Disabilities, «Universal Design », [En línea]. Disponible en: https://www.uwyo.edu/wind/_files/docs/resources/ud_review.pdf
  • [4]       Observatorio de la Accesibilidad, «Breve historia de la Accesibilidad Universal», [En línea]. Disponible en: https://observatoriodelaaccesibilidad.es/archivos/30
  • [5]       INEGI, «Población. Discapacidad», [En línea]. Disponible en: https://cuentame.inegi.org.mx/poblacion/discapacidad.aspx
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