En la búsqueda apresurada por una “revolución verde”, se nos olvidan los argumentos morales a favor de los combustibles fósiles. Aunque hoy sean vistos con desprecio, han facilitado nuestro desarrollo histórico, han sido el pilar del progreso, dando vida a la revolución industrial y energizando cada rincón del planeta.
En un contexto marcado por narrativas alarmistas respecto al cambio climático, me propongo ofrecer una perspectiva más equilibrada y optimista, sin ignorar la gravedad de los desafíos que enfrentamos. Y más allá de la narrativa convencional, es importante reconocer la densidad energética que los combustibles fósiles nos ofrecen. Hoy en día, siguen siendo el medio más eficiente para satisfacer la enorme demanda energética global, superando ampliamente a las alternativas renovables en términos de energía producida por unidad de volumen.
Para entender este argumento moral, es crucial revisitar nuestra historia. Según palabras de Thomas Hobbes[1], “la vida primitiva es vil, brutal y corta”, y la historia confirma que los combustibles fósiles transformaron un planeta inhóspito en un lugar más seguro para los humanos. Actualmente, más del 80% (Figura 1) del consumo global de energía sigue dependiendo de los combustibles fósiles, una cifra que se ha mantenido constante desde hace medio siglo (IEA, 2022). ¿La razón? Son simplemente la mejor fuente de energía disponible. A pesar de los esfuerzos de los países desarrollados por limitar su uso, las naciones emergentes están consumiendo más que nunca, impulsando su crecimiento económico y mejorando los estándares de vida. Lejos de disculparnos por confiar en los combustibles fósiles, algunos argumentan que la ruta moralmente correcta sería desarrollar tanta energía como sea posible para sostener y potenciar el progreso (Epstein, 2022).

Es indiscutible que debemos orientar nuestros esfuerzos hacia una generación de energía más limpia, eficiente y con menor impacto ambiental, que no solo proteja el ambiente sino también la salud pública. Esta transición debe ser asequible para todos. Sin embargo, hay evidencia que señala que la integración intensiva de energías renovables, como la solar y eólica, en algunos países no siempre resulta en beneficios claros. Si bien estas fuentes pueden generar “cero” emisiones durante su operación, ninguna energía es 100% limpia desde su concepción hasta su desecho. A lo largo de su ciclo de vida, desde la extracción de materiales hasta su disposición final, siempre hay un impacto ambiental.
Un desafío notable con las renovables es su costo. En países como Alemania, el esfuerzo por incrementar su participación en el mix energético, y al mismo tiempo eliminar la opción nuclear – que discuto aquí -, ha llevado a un aumento en las tarifas eléctricas (Figura 2). Y no es solo una cuestión de economía. Las altas tarifas en Europa han tenido consecuencias trágicas. Según un análisis de The Economist, entre noviembre de 2022 y febrero de 2023, se registraron 149,000 muertes en exceso en 28 países europeos, un incremento del 7.8%. Sorprendentemente, 68,000 de estas muertes podrían haberse evitado si los precios de la electricidad hubieran permanecido estables.
Incremento del costo de energía

Lejos de desacreditar a las energías renovables, apoyo y promuevo su adecuada integración. En el INIAT, trabajamos activamente para fomentar su adopción y un uso más eficiente. Es tiempo de tomar decisiones equilibradas e informadas en nuestra estrategia energética.
Recientemente, me encontré con un tuit que captó mi atención, y aunque su autoría no es relevante, el mensaje ciertamente lo es, pues ilustra una aparente contradicción entre las advertencias sobre lo impredecible que puede ser el clima y la estrategia global de adoptar energías que son intrínsecamente dependientes del clima:

Los mismos que te dicen que el tiempo será cada vez más impredecible también te dicen que el futuro de la energía es la eólica, la solar y los biocombustibles, que dependen totalmente del tiempo.
¿Ves el problema aquí :)?»
Sin entrar en el debate sobre si nosotros, como humanidad, hemos causado el cambio climático o si simplemente estamos saliendo de una era de hielo (y nos encontramos en un interglaciar cálido desde hace 11,000 años) (Utah Geological Survey, 2019) o cualquier otra teoría, hay un punto que quiero destacar: nuestra indudable capacidad para adaptarnos y persistir. El mundo nos arroja todo lo que tiene y aquí seguimos y no solo sobreviviendo sino prosperando. De hecho, las muertes por desastres naturales están disminuyendo (Figura 3). ¿Por qué? Porque somos expertos en adaptarnos. Esta habilidad es algo que, curiosamente, muchos modelos de predicción climática no consideran.

Al enfrentar el reto del cambio climático y la transición energética, es esencial que mantengamos una perspectiva informada y equilibrada. Recientes investigaciones sugieren que el conocimiento medioambiental está inversamente relacionado con la ansiedad sobre el cambio climático (Zacher, 2023). En otras palabras, aquellos con un mayor entendimiento sobre el medio ambiente y el clima tienden a ver las cosas con más mesura y perspectiva. Es crucial reconocer que, si bien los combustibles fósiles tienen efectos adversos, también han contribuido a que nos encontremos en el mejor momento de la historia de la humanidad para vivir. Su densidad energética y disponibilidad nos han permitido responder a muchos de los desafíos que enfrentamos. Así que, mientras avanzamos hacia un futuro más sostenible, busquemos educarnos para comprender a fondo los desafíos y oportunidades que nos esperan. Al final del día, es nuestra capacidad para aprender y adaptarnos lo que nos ha llevado hasta aquí y lo que nos guiará hacia el futuro.
Epstein, A. (2022). Fossil Future: Why Global Human Flourishing Requires More Oil, Coal, and Natural Gas–Not Less. New York: Penguin Publishing Group.
IEA. (18 de agosto de 2022). Energy Statistics Data Browser. (IEA) Recuperado el 19 de septiembre de 2023, de https://www.iea.org/data-and-statistics/data-tools/energy-statistics-data-browser?country=WORLD&fuel=Energy%20supply&indicator=TESbySource
The Economist. (10 de mayo de 2023). Expensive energy may have killed more Europeans than covid-19 last winter. Obtenido de Out in the Cold : https://www.economist.com/graphic-detail/2023/05/10/expensive-energy-may-have-killed-more-europeans-than-covid-19-last-winter
Utah Geological Survey. (septiembre de 2019). Survey Notes. Obtenido de GLAD YOU ASKED: ICE AGES – WHAT ARE THEY AND WHAT CAUSES THEM?: https://geology.utah.gov/map-pub/survey-notes/glad-you-asked/ice-ages-what-are-they-and-what-causes-them/#:~:text=At%20least%20five%20major%20ice,began%20about%2011%2C000%20years%20ago.
Zacher, H. R. (2023). Environmental knowledge is inversely associated with climate change anxiety. Climatic Change.