Se creé que las amputaciones son el procedimiento quirúrgico más antiguo en la historia del hombre, existen evidencias de su ejecución desde hace unos 40-45,000 años a.C. con diversos propósitos, como rituales, castigos y fines terapéuticos1. Específicamente en la cultura Mexica existen algunos vocablos o términos que dan indicios de que estaban familiarizados con este procedimiento2. Junto con las evidencias de amputaciones en varias partes del mundo, se encuentra la aparición de las prótesis. En Egipto, cerca de Lúxor, se halló una prótesis de dedo gordo tallado en madera que data del año 600 a. C. (figura 1), aunque no es claro si, se aplicó con fines terapéuticos o al momento de la momificación3.

Figura 1. Prótesis egipcia de dedo gordo, tallada en madera, data del año 600 a. C. Imagen tomada de «Sofisticación en el Antiguo Egipto»3.
A partir de la Antigüedad clásica o periodo grecorromano (siglo VIII a. C.), se empezaron a desarrollar diversos escritos y manuales con técnicas de amputación que buscaban preservar la extremidad, como lo refirió Hipócrates “…separar lo que está muerto para que la persona siga viva…”4; y con esto se encuentran evidencias de las primeras prótesis funcionales, las cuales buscaban suplir el segmento cortado y en sus inicios eran pedazos de madera. En las ruinas de Pompeya, se encontró una prótesis de bronce que data de los años 300 a. C. (figura 2); más adelante personajes como Leonardo da Vinci sentaron las bases de la biomecánica, y aunque este término no se utilizaría hasta el siglo XIX, esto ayudó a la generación de nuevas formas de diseño y construcción de prótesis.

El surgimiento de prótesis con múltiples diseños en metal y madera está ligado a las dos guerras mundiales, en donde también surgió la medicina física desarrollada por ortopedistas que buscaban tratar las secuelas musculoesqueléticas5. Durante la época colonial de México, José Miguel Muñoz González, ayudante honorario de cirujano en el Cuerpo de Cirugía Militar, fue el pionero en fabricar y expender prótesis de piernas; ya que, a principios del siglo XIX, México compraba a España prótesis hechas en madera, pero no eran asequibles para todos6.

Muñoz fue reconocido internacionalmente, ya que le proporcionó al general Antonio López de Santa Anna una prótesis tras perder la pierna izquierda en 1838 en la llamada “Guerra de los Pasteles”. A pesar de las aportaciones de Muñoz González, la manufactura de prótesis no tuvo muchos registros; ya para la década de 1940 se crearon los primeros diseños, adaptaciones y fabricación de prótesis en aluminio cuando surge el nuevo oficio de “mecánicos ortopedistas”4.

En 1955, en el llamado “Centro de Rehabilitación No. 5 del Sistema Musculoesquelético”, se inició la carrera de Especialista en aparatos ortopédicos y a mediados de 1956 se creó la carrera de Técnico en miembros artificiales, pero ninguno de los planes estaba reconocido por las entidades educativas de aquella época. Desde esa época diversas asociaciones se dieron a la tarea de profesionalizar a los artesanos que se dedicaban a diseñar y adaptar prótesis, sin embargo, no se lograba el reconocimiento académico; hasta 1975 que el Instituto Nacional de Medicina en Rehabilitación (hoy Instituto Nacional de Rehabilitación) formalizó ante la SEP la carrera de Técnico en Órtesis y Prótesis.
A pesar del esfuerzo de estas instituciones y diversas asociaciones nacionales e internacionales, la educación en México no ha crecido de forma adecuada para satisfacer las exigencias en materia de órtesis, prótesis y el proceso de rehabilitación que conlleva; aunque no existen datos exactos sobre la cantidad de personas con amputación en México, se estima que al año más de 25 000 personas sufren de la amputación de alguna de sus extremidades, siendo las enfermedades vasculares (diabetes y la enfermedad vascular periférica) la principal causa; y del total de amputaciones el 90% son de miembro inferior7.
Es por todo esto que la labor de la Universidad Iberoamericana, a través del InIAT y nuestro laboratorio de Órtesis y Prótesis, es tan importante, al ser de las pocas instituciones educativas a nivel licenciatura del país, que cuenta con un laboratorio con la infraestructura necesaria para la fabricación y adaptación de prótesis y órtesis. Donde se busca generar investigación y su aporte científico, beneficiados por los avances tecnológicos con la creación de materiales cada vez más ligeros y resistentes; mejorando así significativamente los engranajes articulares y el aspecto estético de las prótesis, permitiendo prótesis y ortesis que generen una mejor y más rápida rehabilitación a quien las requiere.
REFERENCIAS
De la Garza Villaseñor, Lorenzo. «Cronología histórica de las amputaciones». Revista Mexicana de Angiología 37, n.o 1 (marzo de 2009): 9-22.
Flores y Troncoso, Francisco de Asís. Historia de la medicina en México desde la epoca de los Indios hasta la presente. México, Oficina tip. de la Secretaría de fomento, 1886. http://archive.org/details/historiadelamedi03unse.
Historia.nationalgeographic.com.es. «Sofisticación en el Antiguo Egipto: una prótesis de hace 3.000 años», 20 de junio de 2017. https://historia.nationalgeographic.com.es/a/sofisticacion-antiguo-egipto-protesis-hace-3000-anos_11639.
Academia Nacional de Medicina de México. Los amputados y su rehabilitación. Un reto para el Estado. 1a ed. México, 2016.
Sotelano, Fernando. «HISTORIA DE LA REHABILITACIÓN EN LATINOAMÉRICA». Accedido 3 de julio de 2023. https://docplayer.es/14985633-Historia-de-la-rehabilitacion-en-latinoamerica.html.
Gómez JL. Las prótesis: restauración del individuo. El pionero de las prótesis en nuestro país. Conacyt.
Gutiérrez-Carreño AR. Amputación de extremidades. ¿Van a la alza? Angiología. 2014;42(3):112-4.